Las altas temperaturas pronosticadas para los últimos días de diciembre en la zona central del país, con máximas que podrían acercarse a los 40 grados, vuelven a encender las alertas frente a un fenómeno cada vez más frecuente en Chile: las olas de calor extremo y su impacto directo en la salud de las personas y de las mascotas, especialmente en un periodo marcado por reuniones familiares, vacaciones y mayor permanencia en los hogares.
Desde el ámbito de la salud, especialistas advierten que el calor intenso no solo genera incomodidad, sino que puede provocar deshidratación, agotamiento físico, golpes de calor, alteraciones del sueño y descompensaciones, afectando con mayor fuerza a niños, niñas, personas mayores, personas con enfermedades crónicas y personas con discapacidad.
“Cuando se registran varios días consecutivos con temperaturas extremadamente altas, el cuerpo tiene mayores dificultades para regular su temperatura interna. Esto puede derivar en fatiga, mareos, confusión e incluso cuadros graves como el golpe de calor, que requiere atención médica inmediata”, explica un profesional de la salud. El riesgo aumenta durante la noche, cuando las altas temperaturas dificultan el descanso y la recuperación del organismo.
El impacto del calor en las mascotas
El calor extremo también representa un riesgo significativo para perros y gatos, quienes regulan su temperatura de forma distinta a los humanos. Médicos veterinarios señalan que las mascotas pueden sufrir estrés térmico en pocas horas si no cuentan con agua fresca, sombra y espacios ventilados.
“Los animales no transpiran como las personas. En días de calor intenso pueden presentar jadeo excesivo, decaimiento, vómitos o colapsos asociados al golpe de calor. Nunca deben quedar expuestos al sol ni encerrados en espacios sin ventilación”, advierte una veterinaria. Además, recalca la importancia de evitar paseos en horarios de mayor radiación solar y de no dejarlos en vehículos, aunque sea por pocos minutos.
Prevención y autocuidado frente al calor extremo
Frente a este escenario, los especialistas coinciden en que la prevención es clave. Mantener una hidratación constante, evitar la exposición al sol en las horas de mayor calor, preferir comidas livianas, usar ropa clara y fresca, y mantener los hogares ventilados son medidas fundamentales para reducir los riesgos.
En el caso de las mascotas, se recomienda asegurar acceso permanente a agua, habilitar espacios frescos dentro del hogar, mojar suavemente su cuerpo si es necesario y estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento.
Con un verano que nuevamente se proyecta como uno de los más calurosos de los últimos años, el llamado de los especialistas es claro: anticiparse a las olas de calor y adoptar medidas de autocuidado es una acción fundamental para proteger la salud de las personas y el bienestar de las mascotas, que también son parte de la familia.
